Un clásico de Champions

Pongan mañana el grabador en marcha a las 20.45 de la noche, siéntense y disfruten. Los duelos entre el Arsenal y el Barça nunca dejan indiferentes por la calidad individual de los futbolistas y la forma de entender este deporte, como eso, deporte de rapidez, técnica y maestría que usan y 'abusan' para deleite del espectador los dos amos del banquillo: Wenger y Guardiola.

Son dos equipos que se respetan y se desean. No hay más que escuchar las ruedas de prensa de ambos equipos para darse cuenta de lo primero o saber esos pequeños detalles de Wenger, que le manda vídeos a Pep para analizar jugadas determinadas de ambos clubes.

Y se desean porque no es nuevo ni el interés del Barça porque vuelva el 'hijo pródigo' de Cesc con la zamarra azulgrana, ni por las ganas de ver a Pep en el banquillo inglés.


Pero mañana durante 90 minutos no habrá amigos. Nos encontramos ante el choque más espectacular de los que les ha tocado a los equipos españoles en esta fase de Champions. Son dos equipos que han dado espectáculo y goles cada vez que se han enfrentado... y hasta ahora el resultado es muy favorable a los culés.

Todavía escuece a los ingleses aquella derrota en 2006 en París -con remontanda incluída y final de 2-1 a favor de los blaugranas- que nos dio nuestra segunda Champions. Pero tampoco se olvida al genio Messi, una vez más haciendo de las suyas con cuatro goles que dieron la vuelta al mundo y arrancaron un ¡¡ooohhh!!! hasta a aquel que no había visto un partido de fútbol en su vida.


Pero también hay que tener en cuenta otros aspectos. Ambos equipos se conocen al dedillo y hay que tener en cuenta que las salidas de casa de Champions no se nos dan especialmente bien... eso sí, el Barça se crece ante las adversidades europeas y no es la primera vez que perdiendo o empatando luego hemos pasado y si no pregúntenle precisamente al Arsenal. La temporada pasada empatamos a dos en su campo -con gol de penalti de Cesc incluído- y luego pasamos.


Sea como fuere, lo que sí se sabe antes del partido es que será un duelo apasionante, uno de esos duelos que ya no abundan, los del fútbol con mayúsculas.