jueves, 28 de abril de 2011

El puto amo: Lionel Messi

Ayer la rabia del Bernabéu se dirigía con especial fuerza a tres nombres: Piqué, Guardiola y Messi. Sobre el primero imaginamos que la envidia de que no les espere a todos los aficionados masculinos una Shakira tras el partido, debe escocer un poco. Los del segundo responden más a los cansinos ataques del entrenador luso, al que hace eco una parte de la afición que más tendría que preocuparse de volver a los valores auténticos del Madrid. Y del tercero... en fin, en vez contestar, que lo haga el propio Messi (pincha en las fotos y mira los dos golazos del argentino).



Habrá ilusos que todavía cuestionen la hegemonía del argentino, pero a cada carrera, a cada regate, a cada gol engrandece este deporte y sigue callando bocas. Como no podemos hacer mucho más, le dedico al crack de Rosario su post particular hasta que encuentre unos minutos para hacer mi crónica del partido de ida de Champions. Así, dejo paso al fútbol con mayúsculas:



- Primer gol. Aquí La Pulga todavía no se había expresado con todo su poderío. Tras los reiterados pisotones de Marcelo a Pedro dentro del área (agresiones no multadas), el jugador canario era sustituido por un Afellay que cada día deja mejor sabor de boca. Joven y con desparpajo, poco le importó jugar más de tres minutos un clásico de esta talla. Fue empezar a correr y Marcelo besó el suelo. Suyo es la mitad de un gol que Messi metió, cual cañito, entre las piernas de Casillas.


- Segundo es un gol made in Messi. Regate de cinco jugadores, tiro colocado donde Casilla fuera incapaz de alcanzarlo. Así visto, ¡ays qué fácil parece! Pero amigos, no lo intenten en su casa, peligran los jarrones y seguramente se rompan la cintura. Denominarlo 'golazo' se queda corto. Gracias Messi.

miércoles, 27 de abril de 2011

Tercer round: Champions

   Ale, otra nochecita no sé si toledana pero sí de Clásico. Y ya con ésta van 3 y nos queda después una cuarta, aún. ¡Por dios, que venga alguien a terminar ya este bucle de partidos! Iba a decir que algún buen samaritano cortara los cables del emisor de señal de Telemadrid pero no, mejor que no. No he dicho nada, que los pobres cántabros no tienen canal autonómico y no sé qué van a hacer para ver el partido. Pero si se fuera la señal, como ya sucedió hace un par de años, ahí entonces sí que nos daría algo a los millones de personas (será seguido en 150 países, según las estimaciones) que estaremos, de nuevo, mordiéndonos las uñas para ver cuál de los dos equipos se impone en el primero de los enfrentamientos de Champions.
Y sin ninguna razón acaba de asaltarme a la memoria aquel grito recurrente en las gradas de media España cuando estos 3 últimos años el Madrí se quedaba apeado de todo mientras que el Barça arrasaba: “Ni Liga, ni Copa ni Champions League”. Pues hoy, con un poco de hartazgo, no me vendría mal que fuera real porque ya estoy algo cansadita. Lo bueno de esta cotidianeidad es que los nervios se han reducido. También ayuda, he de matizar, el haber ganado la Copa y que el partido de esta noche en el Bernabeu sea el primero de los dos choques de semis.
   Pero en fin. Me pongo el mono de trabajo, me enfundo en el papel de aficionada enérgica de nuevo, dejando de lado lo de “Ni Liga, ni Copa ni Champions League”. Ha sido sólo una enajenación mental transitoria alega mi abogado defensor. No hablaré ni de trivotes, ni de estrategias en los banquillos reflejadas en las ruedas de prensa de ayer. No, no. No quiero irme del asunto. Trato de focalizar y para ello haré uso de unas declaraciones vertidas ayer en sendas ruedas de prensa.
La primera es de Mascherano: "A estas alturas de la temporada, todos los equipos que han participado en tres competiciones están cansados. Pero cuando piensas las cosas tan importantes que te juegas, el cansancio no cuenta y el jugador saca un plus al que se aferra". La segunda la pronunció Mou ayer y confesó que la usó como herramienta motivadora antes de la final Copera. Va en el sentido de las palabras de Mascherano y el portugués parafraseó al genial científico Albert Einstein: “La única fuerza motriz más potente que la energía por vapor, electricidad o atómica es la VOLUNTAD”. Y yo, ahora, parafraseo al técnico madridista en su apostilla final: “Y ese tío Alberto no era estúpido”. ¡EA!
Ale, esperemos que haya un buen partido esta noche, que Dios reparta suerte. En esta ocasión, no puedo decir aquello tan deportivo de “y que gane el mejor” porque mi preferencia está clara. Ustedes ya me entienden ;)

martes, 26 de abril de 2011

Papá ¿por qué somos del Barça?



"Lo que más me molesta es que cada vez se hable menos de fútbol y más de lo que le rodea". Con estas palabras Mascherano ha sacado los colores a más de uno, entre los que me incluyo. De unos porque se han dedicado a criticar al Barça todo lo que no han podido hacerlo en tres años, riéndose de un estilo admirado en todo el mundo cerrando los ojos a sus propias penalidades. De otros, entre los que me incluyo y sonrojo, porque nos hemos olvidado en ocasiones de aquello de 'no te rebajes al nivel de tu rival' y hemos entrado en ese "lo que le rodea", algo que no es mi forma de entender este deporte.

Pues bien. Vuelta a la normalidad. Mañana el Barça tiene semifinales de Champions. Nada más y nada menos la cuarta semifinal europea consecutiva, un logro que sólo compartimos con el Manchester United. El partido tiene toda la pinta de ser duro y correoso, donde un Barça sin todos sus efectivos -pues a las bajas ya conocidas se suma a última hora la de Iniesta- intentará imponer fútbol. Mucho se habla de ese estilo made in Barça, pero ¿de qué se trata? ¿Qué lo diferencia de la era Cruyff? ¿Por qué es admirado en todo el mundo?:

- Filosofía cantera: el Barça se mueve en aquello del 'bueno, bonito y barato'. Si Cruyff consiguió modelar su Dream Team con Amor, Milla, Ferrer y Guardiola como abanderados en un principio y a los que se unirían después, entre otros, Carles Busquets; es ahora cuando se ha dado una revolución más a esa idea. Actualmente es normal que el 11 de gala del Barça esté compuesto por siete u ocho jugadores de la casa. Y no sólo en el Barça: la selección se ha ido nutriendo de cada una de las perlas encontradas por Pep, así un año entró Piqué, al siguiente Busquets y ahora Pedro.

- La presión: Famosa es aquella máxima de Cruyff: "Todos los entrenadores hablan de movimiento, sobre correr mucho. Yo digo que no es necesario correr tanto. El fútbol es un juego que se juega con el cerebro. Debes estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, ni demasiado pronto, ni demasiado tarde". A esto, Guardiola ha conseguido darle una vuelta. El que tiene que correr es el balón, pero los que tienen que presionar son todos los jugadores. Así es normal ver a Messi EN la propia área persiguiendo un balón perdido o subiendo a Puyol para dar el último paso de gol.

- Juego: a algunos les cansa y a otros les encanta, unos días estarán más finos y otros tocará picar piedra, pero no es de extrañar, viéndoles jugar, que el único que todavía no haya conseguido marcar un gol sea Mascherano. Todos los demás, desde Puyol a Piqué, pasando por Xavi, Alves o Villa, han llegado y han marcado. Si la presión es de todos, el ataque también y es que ellos ya lo han avisado: "moriremos jugando a nuestro fútbol", repiten todos los jugadores y técnico blaugrana. Mal no les va, en dos años se han llevado más de un título por temporada. En este, la Liga parece decantada, no hemos conseguido la Copa, pero llegamos a la final y estamos en semifinales de Champions. Se gane o no, estos chicos han demostrado que mientras haya ambición el proyecto se sigue sosteniendo.

A resultas de todo ello hemos conseguido 8 de 11 títulos, algo nunca visto con tantos jugadores de cantera y un técnico inexperto. Pero ahora que estamos a final de temporada y que se juegan los títulos, entre los ánimos para llegar a la final de Champions (¡ánimos chicos!) y la ilusión de ver la Liga cada vez más cerca, permítanme hablar del 'trofeo' del que me siento especialmente orgullosa: el respeto. Con todos estos ingredientes aficionados al fútbol en España y Europa se han levantado para aplaudir al Barça y figuras como Di Stéfano, Ferguson, Del Bosque, Maradona, Wenger, Figo, Cruyff o Beckenbauer se han desecho en piropos. Así se les ha comparado con la mejor época de la selección brasileña, con el Ajax de Cruyff o con el Bayern de Müller. Para aquellos enamorados del fútbol, pocas palabras pueden conllevar más orgullo.

El fútbol, ingrato en muchas ocasiones, caprichoso y a veces incomprensible en los afortunados que levantan los triunfos, sí venera con un hueco en la particular leyenda del fútbol a aquellos que se dedican a hacerlo más grande. Messi, Xavi, Iniesta, Valdés, Puyol, Piqué, Alves, Busquets, Adriano, Villa, Pedro y Guardiola ya tienen su propio apartado en esta historia.

lunes, 25 de abril de 2011

De torrijas, lamentos y otras cositas propias de Semana Santa

   El final de la Semana Santa dejó mejora del tiempo, algo de sol incluso en buena parte del país, la salida de alguna procesión de Sábado o Domingo Santo (algo que el jueves y viernes fue prácticamente imposible) y una montonera de goles. No, no me ha sido inoculado ningún virus (que yo sepa) ni tampoco me ha dado por hacer una pieza sobre el clima y sus efectos en La Semana de Pasión. De momento, me parezco poco a Picazo. Si este finde, ¡hasta el Atleti goleó, oiga! :p. Metió 4 golitos en la portería del Levante. ¡Qué mejor día que el Domingo de Resurrección!
   Y el Madrí no resucitó el sábado ante el Valencia en ese paseíllo que duró los 90 minutos de partido, sino que ya venía entonado desde San Mamés, antes de la espiral o vorágine (como dice una buena amiga) de Clásicos. Además, hay que sumarle el empujoncito anímico del empate liguero y la victoria copera frente al Barça. Lástima que el siguiente partido después de la final de Copa fuera contra el Valencia y no contra el Barça en Champions (encima, la ida es en campo merengue), que hubiera tenido su gracia presenciar el paseíllo culé a los ganadores blancos. Pero no se puede tener todo en esta vida. Bastante homenaje le hizo el equipo ché a los merengues que ya llevaban 4 balones encajados antes del descanso, un equipo que parecía un muñeco de trapo en manos de un nene enérgico. Como un Ford levantado por el prota de la película “Cariño, he agrandado al niño”. Lo que viene siendo un puchinball.
Así, normal que media hinchada valencianista se levantara de su asiento y se fuera del campo a aprovechar la segunda parte mejor, en otros menesteres como comerse unas torrijas y el pobre Emery quisiera ser tragado por la tierra, enterito, como declaró en una rueda de prensa posterior memorable. Aunque para torrija la de los defensas valencianos, como en el gol de Higuaín en la primera mitad, cuando le roba la cartera a Mathieu a lo Perea en aquel derby de 2009 cuando se volvió a liar. Pobre Mathieu, y eso que se le ve majete pero…telita… Y la zaga no mejoró mucho más en la segunda parte cuando ni se inmutaron mientras Kaká, sin esfuerzo, hizo que driblaba a uno de ellos (porque queda mejor hacer que driblas pero realmente no fue ni regate ni nada, que para eso el rival tiene que poner algo de resistencia) y chutó haciendo una parabolita desde el palo izquierdo. Buena noticia para el Madrí: Kaká marcó dos goles y se le vio fresco, Higuaín hizo un hat-trick y Benzemá completó el-oleo-sobre-lienzo demostrando, algo que, a priori, yo particularmente no pensaba como es que el Madrí tiene fondo de armario y puede rotar con éxito.
Por cierto, felicidades a Perea por haber igualado a Griffa en el récord de partidos que un extranjero ha jugado en Liga con la camiseta atlética. Le apreciamos desde la hinchada blanca, sinceramente.
   A este panorama se le unió la victoria del Barça en su campo ante el Osasuna. Una victoria que no dejó muy satisfechos a los azulgrana que sólo pudieron matar el partido cuando el reloj marcaba casi el final y, con casi todos sus efectivos en el campo. Xavi, Messi e Iniesta salieron en la segunda mitad para intentar mejorar el asunto pero se quedaron en el tiki-taka y poco más. Sí, dominaron, pero es que ante un Osasuna estéril como el del sábado no tiene mérito, que eran incapaces de hilar una jugada aún estando en el área culé. La que escribe y calza se presentó en la Peña azulgrana del Valle del Kas, con la que disfruta y padece mi compañera bloggera Silvia y, ¡sobreviví! Jaja. Pensé que la cosa podría acabar peor que la peli de “Infiltrados”, pero hubo menos sangre que en la cinta de Scorsese, la verdad. Desde aquí se lo agradezco y les mando un cordial saludo. Contemplé allí la segunda mitad culé y los parroquianos no estaban muy contentos con el fluir de los minutos. “¡Que se acabe ya!”, “¡Tanto pase, tanto pase!”, “¡No, hombre, no!” o “Esto es culpa de Guardiola que debería dar soluciones” eran algunas de las reflexiones que podían allí escucharse.
   Y es que, por lo acontecido en estos últimos partidos y la imagen floja y poco contundente que dieron los Pep Show Boys el sábado, normal que la hinchada culé los tenga de corbata, si me permiten la expresión. Y tanto es el sustito generalizado antes de los Clásicos venideros, como el de este miércoles, que ya Guardiola ha hecho un triple salto mortal (un Triple-Axel en su variedad de patinaje artístico; ya me le imagino con las mallas y las cuchillas…) y ha conseguido meterse más aún en la piel de una persona que se esfuerza por ser humilde, creyéndoselo más aún (el rol es el rol y hay que mantenerlo para que la función pueda continuar…The Show Must Go On que diría el otro…) vistas las declaraciones después del partido contra Osasuna. Que si ahora el Madrí es favorito y casi lo lleva siendo media temporada le faltó decir. Y también le faltó darles una colleja a los periodistas y añadir: “¿Pero es que no os habéis dado cuenta? Wake up!”
   En fin, que es lícito colocar el traje de la presión al equipo rival, faltaría más, pero hay un poco de tufillo victimista como cada vez que se le tuercen las cosas. Aunque no dudo de que es una estrategia de Pep, que se ha dado cuenta de que en estos partidos, al menos esta temporada con Mou enfrente, la estrategia previa es casi tan importante como el planteamiento táctico durante. Para empezar el árbitro que pitará la ida de Champions ya no será el portugués apodado en algunos foros como “el amigo de Mou” sino el alemán Wolfgang Stark. Pues nada, esperemos que tampoco la líe y así nos dejamos, por lo menos a priori, de historias, líos y mandangas. Cuánto menos, mejor. Ale, una excusa menos, Pep.

Pd: Por aquello del árbitro “amigo de Mou” y una conversación que tuvimos al respecto Silvia y yo ayer sobre los amigos del de Sétubal, aquí os dejo la canción de Roberto Carlos (el cantante jeje, de momento el jugador creo que no ha sacado CD pero lo comprobaré). “Yo quiero tener un millón de amigos y así más fuerte poder cantar…la-la-la” (8): http://www.youtube.com/watch?v=6JQLIKE1p6k

viernes, 22 de abril de 2011

Carta abierta a los culés



Llevamos ocho títulos de 11 posibles, a tiro el noveno y preparados para luchar por el décimo que, en el supuesto de no ganarlo, sería de todas formas la tercera vez consecutiva que llegáramos a las semifinales de Champions. Prodigio sólo al alcance de tres equipos, siendo uno de ellos por primera vez español: el Barça.

Y además viendo cómo lo conseguimos. No nos vale sólo ganar, sino que el estilo made in la Masia es la envidia de propios y extraños, ese valor intangible que hace que, perdamos o ganemos, sigan levantando los vítores y animando a más gente a ver un partido. Y es que ¿cuántas veces hemos oído eso de 'no me gustaba el fútbol hasta que vi al Barça'? Ese sí que es un gran premio.

El golpe del pasado miércoles fue duro. Duro porque aunque nos pasaron por encima la primera parte, en la segunda y en la prórroga el partido fue nuestro, pero una contra, sólo una, fue la que decidió el partido.

Precisamente porque en este loco mundo del balón hay que conjugar el juego, con las ocasiones y la suerte, fue tan difícil ganar el triplete y, por ello, somos los primeros en conseguirlo en la historia del fútbol... que se dice pronto.

Por eso ahora más nunca nuestros chicos nos tienen que ver a su lado. Hoy le preguntaban a Guardiola si sería un fracaso ganar 'sólo' la Liga este año, pregunta que con mucha ironía, el noi de Santpedor ha contestado que "sí, un fracaso, un fin de ciclo que hará cambiar desde el presidente a los jugadores, pasando por el entrenador". Pregunta tonta, sólo hay que ir a la hemeroteca para ver cuántos equipos han conseguido mantener un nivel como el de este Barça... y encima viniendo de ganarlo todo.

Llevamos tres años ganando mínimo un título, algo nada fácil para unos jugadores jóvenes que ganado todo podrían haber bajado los brazos y vivir de las rentas. Estos chicos han hecho historia y ahora quieren acrecentar su leyenda. Y este año se siente otra vez el éxito en sus manos.

Estamos a seis jornadas para terminar la competición más dura, esa que mide el rendimiento de un equipo durante casi un año. En esta temporada, la tercera de la Era Guardiola, sacamos ocho puntos a un equipo hecho a golpe de talonario, con innumerables estrellas de enorme calidad tanto en el campo como en el banquillo. No es este el post para hablar de las diferencias en la estrategia deportiva de ambos clubs. Pero este Barça ha acrecentado las urgencias de un gran Madrid, de todo un Real Madrid, porque no pasaran un año más en blanco.

A seis jornadas nosotros nos mantenemos a ocho puntos del segundo en una Liga con equipos extraordinarios. Viendo la diferencia de puntos muchos se preguntan si es esta la mejor del mundo. El problema no es que haya equipos malos -menos si se ven los golazos de Soldado y los pases de Mata, la forma de jugar del Villarreal o cómo levantaba la Copa del Rey el año pasado el Sevilla-, la cuestión es que Barça y Madrid están a otro nivel.

Y si tenemos a tiro de piedra la Liga, en la Champions se esperan otros dos duelos apasionantes contra el Madrid. Será duro, pero si el Barça sale como en esa segunda parte y en dos partidos, el segundo en casa, tendremos muchas oportunidades de llegar a la final. Así que habremos perdido una batalla, pero no la guerra. VISCA EL BARÇA.

ALCEMOS LA COPA Y BRINDEMOS: ¡SOMOS CAMPEONES! :) (PARTE 2)

La zona roja llegó con la segunda parte del encuentro y con la embestida, ahora, blaugrana. Dicen que Pep es un mago para revivir a sus chicos en el descanso y lo demostró ayer. Salieron en tromba, adelantaron sus posiciones y ahora llegaban más lejos y con más peligro, no había color. El Madrí, a buen seguro por el cansancio del esfuerzo de los primeros 45 minutos, dejó más huecos, bajó más la presión y corría detrás del balón pero, esta vez, sin olerla. Ésta vez sí, como pollos sin cabeza. Messi estaba más enchufado e Iniesta más vivo. Pedro más rápido aunque yo seguía sin ver a Xavi (a su tocayo merengue sí le veía porque llegaba tarde y haciendo faltas, qué raro eh…).Fueron los peores minutos de los merengues en el partido de ayer y también comparándolo con el del sábado. Ahí no me gustó nada mi equipo, ni que jugara a nada porque eso sí que era la NADA. Ahí sí me acordé de Di Stefano. Pero ahí aguantamos el chaparrón, el que al final no cayó en Valencia pero sí en la capital.
    Dicen que Dios aprieta pero no ahoga y también que cuando se cierra una puerta se abre una ventana y, ¡OH, SÍ, HERMANOS!, la puerta que se cerró durante 20 minutos del segundo tiempo ya sabemos cuál fue pero la ventana que se abrió fue la de Casillas. Iker sacó dos manos que no sabemos de dónde las sacó, realmente sacó medio milímetro de sus guantes (me acabo de acordar de Sarkozy y sus alzas pero esto era muchísimo más cantoso jaj) para desviar lo justo justísimo dos tiros: uno lejano de Pedrito y uno más cercano e igualmente colocado de Iniesta. Previamente San Iker impuso las manos a ras de suelo de un chut de Messi. No sé si fue ahí cuando, al rebotar el balón, y con una maraña de gente en el área, Ramos hizo un despeje-tijera-patada a lo Bisbal aunque luego el rechace se fue fuera. Y aún así el partido estaba abierto, no tanto mis arterias, obstruidas ya para entonces, aunque no totalmente por ese gol bien anulado a Pedro. Bueno, fue abriéndose más bien, con la entrada de Adebayor, por un ÖZil ya exhausto. Realmente estábamos exhaustos todos.
    En la primera mitad del encuentro se veían y oían los “¡Qué viva España!” de la hinchada madridista y en la segunda los gritos culés de ánimo, pero en el segundo tiempo no había fuerzas para nada. Pero en los minutos finales, los últimos 15 poquito a poco volvimos a rehacernos y a volver a crear peligro al contragolpe: Cristiano con Adebayor, Cristiano por la izquierda rozando la potería el balón, mano de Pinto a disparo de Di María…¡¡Madre míaaa, madre míaaaa!! Yo ya miraba el citado mueble con ganas de dar el cabezazo pendiente. Sentada: no. De pie: tampoco. Con jersey: no. Sin él: tampoco. ¡¡Que se acabe ya esta tortura!! Y la perla de la noche, de boca de Juan Carlos Rivero: “Tenemos el inmenso regalo de 30 minutos más en este partido genial”. Risas nerviosa y por educación, me ahorro los comentarios que vinieron a mi mente con tal frasecita. ¿Regalo? Te voy a dar yo regalo...
    Y la realización me regaló, ahí sí, un momentazo emocionante: ambos equipos formando su propio círculo, conjurándose y uniéndose para la parte decisiva de la noche….¡¡Madre mía, madre mía!!…Ahí sí que derramé alguna lagrimilla, lo confieso, de la emoción, la tensión y de poder vivir eso y, qué coño, de estar sobreviviendo. Karanka se mordía las uñas mientras Pepe daba pases demasiado largos a Cristiano, Messi lo intentaba sin éxito pero estaba tremendo (no me entiendan mal), cambios azulgranas, ocasión de Manolito por la derecha hasta la cocina, faltas blancas, contragolpe de Cristiano y falta de Adriano, combinación con Manolito para acabar arriba, expulsión de Di María, etc. Así, en esencia, fue la prórroga.
No, no lo olvido, sólo lo dejo para el final, como él hizo. Cristiano El Cid Campeador decidió que en el 102’ iba a finalizar el asunto, que había resucitado después de su pequeño Via Crucis del segundo tiempo y que había que convertir al cristianismo a los ya fieles, infieles y a los 14 millones de espectadores que siguieron la final. Con una internada espléndida de otro resucitado Di María (no sé cómo porque estaba frito), combinando con Marcelo, y un extraordinario centro al área ahí emergió ÉL, en el cielo. Con un precioso, sublime, excelso, magnífico, maravilloso salto y un giro de cuello precioso, sublime, excelso, magnífico y maravilloso marcó un golazo igual de precioso, sublime, excelso, magnífico y maravilloso. ¿Quién decía que esto no era fútbol bonito? Estoy enamorada de ese gol, cada vez que lo veo me enamoro más y encima nos ha dado la deseada Copa. ¡¡Madreeee míaaa, madreeee míaaaa!! Saltos, gritos, más saltos, más gritos…¡¡Qué fuertee, qué fuerte!!...No me lo creo…Temblores que ni los de Japón.
Y minutos después, simplemente: FINAL. ¿Ya todo ha acabado? No es posible. No me lo creo. Estado de shock pero alegría. Después de tanta tensión cuesta volver a la Tierra y ser consciente de lo que ha pasado. Darle el valor a lo que ha sucedido. Me pasó ayer y también, en una escala superior, con el pitido final contra Holanda. Tanta tensión acumulada te atonta. Te seda. Aunque recobré algo la vida y la consciencia cuando vi subir a todos al palco y a Casillas abrazarle como colegas de toda la vida al Rey, plantarle dos besos a su mujer, osea la Reina, y sujetarse en él, sin reparos, para escenificar la rúbrica: ¡¡HEMOS GANADO LA COPA!! Aunque Ramos la abollara en la posterior celebración, que ni llegó a La Cibeles, ¡oiga!...Vaya tela… Pero, en fin, otra anécdota más de una noche vibrante en la que los madridistas nos desprendimos de fantasmas, traumas, manitas y volvimos a reencontrarnos con nuestra esencia: la de ganar.
Y yo propongo un brindis, alzo mi COPA y brindo por todos nosotros, los madridistas. Como diría Casillas: “Va por nosotros, de verdad”. J


Pd: Os dejo el video del golito de Cristiano, por si no lo habéis visto suficientes veces ya jeje: http://www.youtube.com/watch?v=PUoI-qY6M08

ALCEMOS LA COPA Y BRINDEMOS: ¡SOMOS CAMPEONES! :) (PARTE 1)

¡Madre mía, Madre mía! Esto es lo que mejor expresa lo que sentí anoche y sigo sintiendo aún. Así, podría zanjar el post perfectamente y aquí paz y después gloria. Pero bueno, venga, va, intentaré hacer un esfuercito, aunque ya con el de ayer estoy agotada, en serio. Por fin, el Madrí y el madridismo conseguimos anoche la ansiada copita de JuanCa, que llevaba ya mucho tiempo resistiéndose. POR FIN, MENOS MAL, YUHU, OLÉ, BRAVO, BIEN HECHO, DOS OREJAS, RABO Y VUELTA AL RUEDO y no sé cuántos gritos de alegría y regocijo podría entonar. Eso si tuviera fuerzas para hacerlo, insisto, y no es cuestión baladí, pero hasta que no destense creo que no disfrutaré completamente y seré consciente de lo conseguido.
   Menos mal que anoche triunfó el amor, como deseaba en la previa, y que el Madrí se reencontró con su enamorada. En realidad fue triunfo también del deseo, de la pasión y del compendio de instintos primitivos que auparon a un equipo a soportar 120 minutos de nervios, cansancio, ocasiones erradas y sufrimiento para doblegar a un Barça que cuando toca cómo toca, como la española que cuando besa es que besa de verdad. Pero bueno, también hubo cabeza y táctica y Mou entonó, al configurar su once inicial, aquello que canta la joven promesa musical Eliza Doolittle de I don’t care what the people may say about me y volvió a colocar a Pepe adelantado con el trivote que le dio buen resultado el sábado pero, esta vez, haciendo algo de caso a las opiniones generalizadas (yo, confieso, abogaba por un calco del partido liguero y mismos hombres iniciales)y sacando a Özil de inicio en detrimento de Benzemá. El cambio resultó igual de efectivo para desactivar el medio campo azulgrana que no se esperaba una estampida blanca como la de los minutos iniciales y la del primer tiempo, pero más alegre y vistoso.
Presión arriba, abajo, al centro y pa’ dentro pero lo del pa’ dentro no había forma. El Madrí contuvo pero al mismo tiempo (a diferencia del sábado que fue más paso a paso, en dos fases) atacó, elaboró, ofendió y defendió. Pepe y Kedhira eran los que más replegaban y bajaban, con un Carvalho portentoso que metía el pie en el momento indicado como en aquella jugada con la que le birló la cartera a Villa, esperando el momento justo de meter la pierna y sacar el balón. Arbeloa se puso el traje de poli duro y repartió madera, en eso se parece a Busquets que también dio su dosis de cera con carita de niño bueno. Y Undiano que no sacaba amarillas ni pa’ atrás, a pesar de plantillazos de unos y otros y, de repente a Pepe en un lance sin más ni más con Pedrito. Digamos que el colegiado navarro no la lió parda pero tuvo mal criterio con las tarjetas, aunque no acaban pegándose todos de milagro. ¡PELEA, PELEA! Pero no…lástima Jaja. Bueno, podemos seguir conservando su nombre para el blog, pero porque hemos ganado eh...jaja.
Ofensivamente el Madrí no tenía precisión cuando había que definir. Cristiano iba preparando el terreno para su aparición estelar final porque no lograba definir a pesar de tener ocasiones después de pases o carreras, como hombre más adelantado y en punta, a falta de un 9. Ahí, viéndolo correr solo y sin éxito al portugués yo le gritaba al televisor: “¡¡un delantero, necesitamos un delantero!!” como si me pudiera escuchar y como quién pide un médico en un restaurante porque a un comensal le ha dado un infarto. Desoí los consejos para los 4 Clásicos que daba Silvia en post anteriores como el de “no hablar solo ni gritar pensando que te oirán al otro lado del televisor”. Mal hecho. Pero una tenía bastante con mantener las constantes vitales medianamente decentes.
   Özil también tuvo alguna pero daba rabia ver cómo se desperdiciaban. Y ya para tirarnos de los pelos fue el cabezazo de Pepe al palo (24 del equipo merengue en lo que va de temporada…para que luego digan que no influye la suerte…). Alguien parece que lo sacó de dentro como dijo el propio Mou. Teníamos ocasión de matar el partido y no había manera…curva de sufrimiento al máximo. Yo tenía ganas, también, como el balón, de darme contra un poste si lo hubiera tenido a mano…pensé en el mueble más cercano pero deseché la idea porque quedaba aún. Pero ganas no me faltaron. Aunque todavía nos quedaba padecer mucho.
(TO BE CONTINUED…)

jueves, 21 de abril de 2011

No se puede ganar siempre



Bueno, me gustaría en primer lugar felicitar a todos los merengues que puedan leer esto y, por supuesto, a la gran merengue del blog: ¡Felicidades Ana! Estoy triste, no puedo decir otra cosa, pero muy orgullosa.

Lo que no se puede negar hoy es que hemos asistido a un buen partido. Tras una primera parte nefasta del Barça en la que los blancos nos superaron en todos los sentidos, tras el descanso los azulgrana se pusieron las pilas y dieron la vuelta a la tortilla. En 10 minutos crearon más ocasiones de gol que en toda la primera parte, metiendo a los de Mou en su campo y recordando a ese Madrid acobardado. Ese era mi Barça, el que me gusta ver, el que lucha por ganar.

Pero en fútbol es así y muchas veces la suerte es la que decide. Si el cabezazo de Pepe de la primera parte hubiese entrado, nos lo hubiésemos merecido por el juego que estábamos realizando, pero no fue así, aunque la Diosa Fortuna terminó decidiéndose a su favor. Así, el Madrid ganó por el único contragolpe de la prorroga y tras las numerosas ocasiones claras del Barça, con gol de Pedro anulado incluído.

Pero cuando veo a 'mis chicos' no les puedo reprochar desidia o pereza. Lo han intentado en un partido bronco, pero ahí han estado dando la cara. Y sí, se ha perdido, pero por la mínima y dando guerra hasta el final. Ese es mi Barça.

Ahora toca mirar a los 'premios gordos' de esta lotería que es el fútbol. Que disfrute el Madrid de su Copa, pues desde luego es el mejor partido que han hecho hasta la fecha ante el Barça, llevaban 18 años sin ganarla y ahora toca celebrarlo, normal. Nosotros a lo nuestro. Con la Liga a punto de caramelo y esperando, el miércoles que viene y el día 3 nuestra 'dulce venganza'. VISCA EL BARÇA

miércoles, 20 de abril de 2011

¡QUE TRIUNFE EL AMOR ESTA NOCHE! :)

  
   Llegó el Día. Murcia, Levante, Atlético de Madrid, Sevilla. Éste ha sido el recorrido del Real Madrid en esta Copa del Rey antes de medirse, en la final, esta noche, al Barcelona. 21 años después del último careo copero entre ambos, precisamente en Mestalla. 18 años desde la última vez que un capitán blanco puedo alzarla, también precisamente en Mestalla. No quiero comparar este trofeo con ninguno de los otros (Liga o Champions). Sólo sé que llevo, como madridista, queriendo ganarlo desde hace años, antes incluso de las finales contra Depor y Zaragoza de 2002 y 2004. Siempre me parecía curioso ver desde la tele cómo El Rey entregaba su Copa y las mini copitas a otros equipos pero nunca al Madrí.
Pues en 2011, ahora, hoy deseo fervorosamente ganar esta noche, conseguir esta copita. No tengo recuerdos de aquella última del año 93, que puede que viviera pero, sin consciencia o por lo menos, sin consciencia madridista. Toda esa curiosidad y esas ganas se han ido acumulando, con los años y decepciones coperas en las eliminatorias o incluso en las finales mencionadas, para dar como fruto desear con todas mis ansias que Don Juan Carlos le dé la palmadita en la espalda y el abrazo que suele ofrecer, a Casillas y verle, así, levantar otro trofeo pero esta vez para su equipo. Él no la tiene, como ninguno de sus compañeros, ni su entrenador, ni tampoco su presidente. Ni muchos de los madridistas, como sea mi caso.
Sólo algunos cargos directivos, parte integrante de La Quinta del Buitre. Una Quinta, que como ya hemos leído y escuchado estos días (sobre todo hoy) era hegemónica hasta que se topó con el incipiente Barcelona de Cruyff. Eusebio Sacristán, uno de aquellos jugadores que ganaron esa final del ’90 decía al respecto: “Los futbolistas llegamos a ese partido con la certeza de que era una buena oportunidad para darle la vuelta a una situación hegemónica. Es el orgullo del jugador el que aparece en esas situaciones. Tienes una oportunidad y vas a por ella y esta Copa es la ocasión del Madrid”. Totalmente de acuerdo.
Y parece que el Madrí, hoy, a día 20 de abril, le canta a esa chata que es la Copa aquello que hoy tarareamos todos gracias a la canción de los Celtas Cortos: “20 de abril del 2011. Hola chata, ¿cómo estás? Te sorprende que te escriba. Tanto tiempo es normal. Pues es que estaba aquí solo, me había puesto a recordar, me entró la melancolía y te tenía que hablar…”

Está claro que la echa de menos y quiere recordar aquellos tiempos felices con su antiguo amor. Pues nada, dejemos que se reencuentren y que el amor triunfe. ¡HALA MADRID! J

Soy la dueña de mis nervios.... ¿o no?



Sí, lo confieso. Como buena friki hoy intentaba calmar mis azotados nervios y engañar al tiempo viendo la serie The Big Bang Theory. En uno de los capítulos, el incalificable Sheldon Cooper se recordaba, intranquilo, que él era "el dueño de su vejiga". Bien, pues me he visto reflejada, retratada de la forma más cruel, aunque (sólo de momento) mi protagonista es otra parte de mi anatomía.

Es curioso como un título de esos que se llaman 'menor', que incluso otros años al perderlo sólo ha servido para respirar hondo y centrarse en lo "verdaderamente importante" -léase Liga y Champions, dos trofeos evidentemente con más glamour por duración e internacionalidad- se convierte en cuatro días en casi un combate a muerte. ¿Por qué? Porque como en todo buen espectáculo, si los protagonistas son 'estrellas' como que la cinta incita má a verlo. Aquí lo mismo, más que el título lo que cuenta son los colores, el azulgrana y el merengue.

Y como no puede ser menos en cualquier choque entre ambos, los nervios están a flor de piel y es que ¿quién puede predecir qué pasará? Esta Copa es la más imprevisible, aquí no me valen las estadísiticas que dicen que Pep ha ganado las seis finales a las que ha llegado o Mou 12 de 17, tampoco me valen pulpos ni presentimientos.

Esta es la Copa que ha visto como equipos de segunda abatían de la forma más bochornosa a los gigantes del fútbol (en ambos casos, que no se olvide), ha vivido partidos trepidantes con finales inesperados, encuentros donde no siempre era el mejor el que ganaba o donde el que ganaba era tan superior que los partidos se convertían en auténticas maravillas para el recuerdo.

Es el primer título de la temporada y su lustre nunca podrá competir contra la Liga o la orejona Champions, pero.... ¿Eso hace que sea la dueña de mis nervios? Lamentablemente creo que no.

Chácharas, villanos y caballeros

El filósofo y escritor francés Bernard Henri Levy escribió un artículo sobre las bondades del rugby en El País, en el que revelaba que el deporte del balón ovalado es algo más que un juego bello, es un deporte en el que se mezcla violencia y estrategia. Y yo pienso, a pocas horas de la gran final de Copa entre el Madrid y el Barcelona, que la estrategia y la violencia (deportiva, se entiende) son los dos grandes invitados a la cita de Mestalla. Pero, como decía Levy, “hay que escoger”. Parafraseándole, diré que entre Madrid y Barça ocurre como entre los Rolling y los Beatles, entre Mac y PC. Son dos credos, dos religiones. Y hay que escoger entre las dos.

Siempre se recuerda el dicho inglés que asegura que el fútbol es un deporte de caballeros practicado por villanos, y el rugby un juego de villanos practicado por caballeros. Por el bien del deporte rey y del fútbol español, espero y deseo que esta vez todos se comporten como caballeros sobre el césped y en el graderío valenciano. Escojamos nuestro bando pero disfrutemos del deporte, por encima de todo y dejemos de lado polémicas absurdas y, a veces, inventadas. Me refiero, y lo diré sin tapujos, a las informaciones divulgadas por la web de Marca y firmadas por José Vicente Hernáez, en la que se acusaba al jugador del FC Barcelona y de la Selección española, Gerard Piqué, de una cháchara de mal gusto en el túnel de vestuarios del Bernabéu la semana pasada. “Españolitos, ya os hemos ganado vuestra liga española, ahora os vamos a ganar la copa de vuestro rey”. El futbolista no tardó en desmentir las “tonterías” vía Twitter, dejando al diario deportivo en una incómoda y vergonzosa posición.


Hasta 140 países de los cinco continentes emitirán la final de la Copa del Rey, una proyección internacional como nunca antes se había producido. Algo más que dos ciudades y un país estarán pendientes de un partido. Aficionados de todos los colores estarán observando a dos equipos, a 22 futbolistas y a dos entrenadores. Caballeros, honren sus camisetas, ennoblezcan el fútbol.

martes, 19 de abril de 2011

¿Valdés o Pinto 'Wahin'?

Que el estado de forma del actual Zamora de la Liga (y salvo que cambien mucho las cosas revalidará esta temporada el título personal por tercer año consecutivo) le ha llevado a Valdés a cerrar muchas bocas es indiscutible. A sus 29 años el de Hospitalet ha alcanzado su mejor momento (puedes ver algunas de las mejores paradas de Víctor si pinchas en su foto), tanto que es capaz de poner en cuestión ese status quo de cancerbero todo poderoso a Iker Casillas.

Las mismas salidas y muchas dudas que despertaba hace tan sólo cinco años le han hecho ahora modelo a imitar. Además de portero, Víctor es también el primer defensa y su juego con los pies es uno de sus grandes secretos, tanto que ya lo dijo una vez Pep: "el Barça son Víctor y 10 más".

Así las cosas, incluso esa jerarquía nunca entendida y sí muy cerrada de la selección española no pudo taparse más los ojos ante Valdés y, por fin, le llevó el año que se ganó el Mundial, aunque como tercer portero (y ahora por favor que alguien me explique cómo Reina puede estar por delante de él ¿tan importante es contar chistes?).

Pues bien. Si es un alivio tener un primer guardameta de garantías, también es necesario un segundo espada que asuma su papel y aproveche todas sus oportunidades. Y esa persona responde al nombre de José Manuel Pinto cuando está en la moqueta verde... y de Wahin fuera de él.

Pinto es tan importante para el vestuario como imprevisible en sus actuaciones. Capaz de poner nervioso a cualquier culé de corazón frágil, sus salidas de puños a lo 'Superman' son capaces de llegar a poner taquicárdico al más pintado. Pero como lo suyo son los extremos, también es verdad que ante penas máximas -a las que los merengues parecen abonados cuales Michael Phelps- Pinto saca lo mejor de sí con actuaciones que valen títulos; tal como pasó en la temporada 2008/09 con aquella parada en semifinales al mallorquinista Pep Martí.

Así las cosas, el debate en los medios, que no para Guardiola, es ¿Víctor o Pinto? Pues bien, aunque Valdés está en un estado de forma envidiable yo quiero ver a Pinto en nuestra meta, si ha estado en todos los partidos de Copa y ha hecho paradones como ante los leones, bien se merece disfrutar de su clásico. Quién sabe, quizá si termina levantando la Copa ante el Madrid se inspire y nos dedique otro de sus raps (pincha en la foto para ver la faceta más insólita del gaditano):












lunes, 18 de abril de 2011

…Si no le gustan, no quiero tener otros… (PARTE 2)

El resto del partido nos lo conocemos mejor y es más vistoso. El balón de un lado a otro en la reanudación con la falta no pitada pero en una contra de Pedrito a Pepe en el suelo, otra de Adriano a Cristiano también a la contra. Idas y venidas de unos y otros y la falta botada por Cristiano, rozando el palo de Valdés. Pérdidas y recuperaciones hasta El Momento: la expulsión merecida y el penalti más que justo de Albiol a Villa. En una internada con 3 defensas blancos que parecía que sin problemas sacarían el balón. Pues un penalti, un jugador menos y un gol en contra…y los ojos como platos, como cuando los magos sacan palomas de chisteras.
¡No, no, otra vez no, eh! Pero esta vez no sucedió. El equipo, el técnico, el estadio y el madridismo en general no bajamos los brazos y seguimos en la lucha y, como es costumbre, el equipo juega mejor con 10 que con 11. Misterios de la naturaleza. Pues nada, que en los partidos venideros nos expulsen a más, que, total, es la tónica habitual contra el Barça.
El punto de inflexión trajo otro cambio u otros, literales: Özil por Benzemá para intentar recomponer el 4-4-1 con Pepe ocupando su posición natural en la zaga. Ocasiones de Xavi, Di María a pase largo de Pepe y la clara ocasión de Carvalho por la izquierda que despeja Piqué haciendo un salto que ni Spiderman. De ahí corner, remate de cabeza y también de Pepe, pero ya fuera del campo. Que el hombre quería estar en misa y repicando y dar su aportación también ofensiva. Y más cambios, y decisivos: Manolito Adebayor por Xabi Alonso, lo que le dio mayor ataque al equipo y Arbeloa por Di María, lo que le dio mayor empaque defensivo.
Los cambios dieron mayor vigor ofensivo a los blancos y le dieron algo de tranquilidad con el resultado adverso. Se combinaban las ocasiones de unos y otros: Cristiano por su izquierda y Villa por la suya. Acabadas en nada. Como la de Kedhira y Özil por el centro o de Messi en combinación con Villa. Nada de nada. Rien de rien. Marcelo de nuevo, Özil por la derecha, Villa (esto ya lo he vivido), Manolito, ganándose el sueldo y puede que el contrato, luchando el balón en la banda hasta provocar la amarilla de Alves. Maxwell por Adriano y el 1-1.
Penalti de brasileño a brasileño, de lateral derecho a lateral izquierdo. Ellos son asín. Alves no toca el balón aunque lo pueda parecer y lo que sí parece y hace es tocar la pierna derecha de su compatriota y amigo, levantando la suya propia una vez ya en el suelo. Y Cristiano dijo AMÉN al marcarle, por primera vez al Barça. Pichichi igualado. Venga, más emoción.
Ocasiones que acaban en nada de unos y otros. Casillas saca mano, Kedhira combina con Cristiano y acaba en…cri-cri-cri…el Barça lo intenta pero sin mayor peligro y la ocasión clara de la segunda parte: Özil, ese etéreo ser, combina con Manolito por la derecha, centra a Kedhira en el área y éste, como quién lanza cual abuelilla de 90 años desperdicia la ocasión de la victoria. Que si Cristiano, que si Villa, que si…que si… que vaya impotencia blaugrana de no hacer chorreo ni sangría blanca y de, casi, comerse una derrota. No por falta de ocasiones, vamos.
Y Messi, el inmaculado, chutando al público, de impotencia. Es humano pero es un gesto muy feo. Ni amarilla, ni disculpas. Sólo protección, por parte de Muñiz que incluso se puso por delante por si aca…Eso lo llega a hacer Cristiano y al día siguiente tiene una cabeza de caballo en su cama como en cierta peliculita…Es lo que tiene idealizar y querer convertir a una persona normal en un Dios, que se le perdona todo. Y también se equivocará, digo yo…
Fin de la contienda. Sensación de haberle plantado cara al rival. Confianza en poder seguir incomodándolos y dejándolos inoperativos en Copa y, ¿por qué no? en Champions. Cuatro partidos, son mejor que uno. Autoestima mejorada. El Barça no es invencible y aunque salió, a buen seguro, con la Liga bajo el brazo, se fue con un único gol de penalti, sin chorreo, con un empate y de milagro. Y, preveo, sin una Copa. Puede que brindaran con cava de regreso a El Prat pero con vasos de tubo y no con Copas…jeje. Éste es el camino el miércoles. Ésta es la forma. ¡Y qué digan misa, oiga! :P

…Si no le gustan, no quiero tener otros… (PARTE 1)


Tengo las ideas muy claras para este post, así que seré directa y contundente, por lo menos en lo esencial, ya en lo demás…me temo que no…jaja. Prepotencia merengue podrán decir algunos y algunas…ejem… pero no me quita el sueño. Para ellos la perra gorda. Me importan muy poco las opiniones y análisis que he leído y escuchado (sobre todo la madrugada post)y, presumo, han seguido sucediéndose después del Madrí-Barça liguero del sábado. Aunque no hay nada como un domingo post-Clásico fuera, sin periódicos, radios o teles al alcance para no perder el rumbo. Demos gracias al Señor.
Que si iba a ser un partido descafeinado, que si el Madrí poco tenía que hacer ante la superioridad de un Barça que confiaba en repetir aquella mano levantá que cantaría Macaco. Que si afectaría moralmente a un equipo u otro el choque, que si la estadística siempre ganadora de Guardiola frente al Madrí desde que empezó a entrenar a los culés, que si los 50 partidos de Mou en la entidad blanca…que si patatín, que si patatán. No me detendré mucho en las estadísticas esta vez, sólo, lo justo y necesario. Puedo sonar a Harry El Ejecutor de Eastwood pero quiero ir a la esencia de lo que para mí fue el Clásico.
   Sí creo que el Madrí salió reforzado psicológicamente para los venideros choques, sobre todo para el del miércoles copero puesto que le plantó cara a su adversario. El pasado domingo fue de Ramos y el Madrí estrenó (como es costumbre tal día) la sensación de que puede jugarle de tú a tú al Barça, de hacerle daño e incluso de ganarle. El que no estrena no tiene manos era el dicho popular, pues el equipo blanco las conservará, eso pienso yo.
Descafeinado significa “desvirtuado, privado de aspectos fundamentales u originarios” según la RAE y para algunos ese choque lo iba a ser. Pues nada que ver, fue un partido vibrante y virtuoso. Lo blancos sacaron un equipo defensivo, poco resultón y amarrategui, incluso, pero práctico, muy práctico, con Pepe como pieza clave de contención en el medio campo junto a Kedhira y Xabi Alonso. Adelantado a su habitual posición de central. El famoso trivote. ¡Pues qué vivan los trivotes, oiga! He escuchado críticas de cómo un equipo grande, en un partido así y en su casa no juega estética y ofensivamente, vamos, el jogo bonito, el tiki-taka. Pues, a mí el tiki-taka me aburre pero lo más relevante (puesto que mi opinión a Mou no le interesará para confeccionar su once jaja) es que resultó, el anti-tiki-taka, el método efectivo para desactivar el poderoso centro del campo blaugrana.
Para una entidad acostumbrada a tardes de gloria y juego preciosista como ha sido siempre el Real Madrid el ideal futbolístico siempre tenderá a la belleza pero, señor@s, un técnico tiene que alinear para intentar ganar al rival con lo que tenga y Mou acertó. Presión arriba ya con Benzemá o Di María y presión en la media para intentar que Xavi e Iniesta no combinaran, ni con Messi, y tuvieran su día. En mi opinión, resultó así. 80% de posesión para el Barça. ¿Que el Madrí dejó el balón al contrario? Sí, ¿y? El Madrí está basando esta temporada su juego en la rapidez y combinación pero al contragolpe, seguramente porque no haya un centro del campo potente que juegue y toque, cosa que el Barça sí tiene. Pero esto de hacernos de nuevas ahora con eso…El técnico conoce las limitaciones de este equipo y las virtudes del rival y, ¿para qué jugar de manera que te puedan meter 5 de nuevo? Es de tontos. Así, propuso que sus chicos dejaran el balón, incluso a veces corrieron detrás de él (más después del 0-1) y de los culés pero, creo que pusieron al Barça donde querían. De hecho, al descanso se fueron ambos con un empate a cero. Un Barça todopoderoso como presuponían algunos… Fue un “paciencia, que desactivamos pero llegarán las ocasiones” y, lo cierto, a pesar de lo que muchos han dicho, llegaron. Incluso en la primera parte: para mí, la semillita del engorro culé jeje. Al descanso: 5 corners a favor de los blancos por 0 de los culés. Esto indica algo, según mi punto de vista, vamos. Como indica también que cuando fueron 11 contra 11, lo que es el primer tiempo: jugada de Cristiano por la izquierda (la primera, en el 17’), Di María por la izquierda con despeje de Puyol a corner del que nació otro a despeje de Benzemá y bloqueo de Valdés para acabar la escena con un cabezazo arriba de Cristiano.
Pero el Madrí no tuvo ocasiones, no…De hecho hasta ese momento, el minuto 24’, las ocasiones claras de gol fueron 3-1 a favor de los blancos. La ocasión blaugrana fue muy clara de Messi, minutos antes, que bloca Casillas por arriba puesto que la vaselina se quedó floja al meter Marcelo el pie. Más ocasiones blancas: Di María al lateral de la red, intrusión de Pepe que combina con Cristiano que se queda pensando y se le echan encima, Di María de nuevo por la izquierda que combina con Marcelo en la frontal del área y cae con la ayudita de Puyol (recuperado hasta la causa aunque sólo medio partido). Presencia en banda derecha pero no saben qué hacer con el balón, en vez de subirlo hacia Benzemá que anda pululando (sí, está visto que todos llevamos un entrenador dentro, jeje) y tampoco sabe qué hacer Di María minutos después, en la izquierda, lo mismo. Igual era de eso de lo que hablaron Mou y Busquets mientras Messi estaba en el suelo porque se dio en la cabeza con la pierna de Pepe. O de cómo acabaría el asunto… También Kedhira consiguió un corner por la derecha que acabó en dos cabeza blancas (una de ellas Ramos) y que Busquets sacó casi en la puerta.

Pero no, el Madrí no tuvo ocasiones... La última blanca fue de Cristiano, con el tiempo cumplido, que sacó Adriano, que bailaron pegados toda la noche como cantaría Dalma. Para que no me llamen sectaria también referiré las ocasiones culés, seguramente más evidentes fruto de contras muy muy rápidas rozando el fuera de juego (pitados unos cuántos, a diferencia del Madrí…). Una gran virtud de juego culé. Después de la ocasión de Messi, comentada antes, lo siguiente fue el penalti/no penalti a Villa. ¡Pues no sé, oigan! Creo que Casillas calcula, por dos segundos, mal y no toca el balón, claro está. Tocar toca el suelo con ambos brazos y manos, eso también está claro y que no va a tocar a Villa, de hecho el contacto se produce porque El Guaje gira cuerpo y pierna y se deja caer. Eso también es así. Y con todo este bonito entramado la cosa parece que si el portero no toca el balón debiera pitarse o se suele pitar penalti. Pues en la práctica podrían haberlo pitado, sí. El caso es que no lo pitaron y lo que tampoco sé es por qué, al no hacerlo, Muñiz no le sacó amarilla a Villa. Mí, no, entender.
Minutos después el Barça consiguió avanzar más, con lo que la presión blanca se retrasó también más, con tiro lejano de Villa después de cabalgada, pase interno de Iniesta a lo que nadie llega en banda, ocasión de Messi en el área a dónde, de repente, aparecen 4 defensas madridistas como de la nada y el argentino se escora tanto que Casillas bloca. Otra oportunidad a la contra, con dos culés en punta (uno Villa en la izquierda), adelantados a la zaga, pero se queda en nada por el repliegue madridista y la bajada de Pepe pero Messi desaprovecha el balón, casi en al área, con un toque técnico mal hecho.
(TO BE CONTINUED...)

domingo, 17 de abril de 2011

Hagamos otro rondo

Día de clásico. En la calle decenas de 'messis' y 'cristianos' se cruzan por la capital gracias a las camisetas de los aficionados. Un ambiente festivo por la capital. Hablo con un grupo de culés llegados desde Barcelona, no están excesivamente nerviosos, pero tampoco confiados. "Esta vez el Madrid saldrá a morder", me dice uno de ellos.

Pero ni lo más mínimo. El resultado una vez más no muestra la realidad del juego. Lo que se vio en el césped fue un equipo viendo la pelota y otro tocándola. Y yo con la sensación de que esto ya lo he vivido. La película se repite. Como a lo largo de toda la Liga, el Barça se enfrentaba a un equipo con defensa de cuatro ayudado por otros cuatro metidos en su campo. La única diferencia fue que esta vez la camiseta era blanca, pero en nada se diferenciaba al partido contra el submarino amarillo o contra los leones.

Llámenme ilusa, pero a ocho puntos del líder y con una afición que a la mínima recuerda la valentía de Juanito o la garra de Raúl para luchar por el partido, yo esperaba un Madrid aguerrido, luchador, ese tipo de equipo que si tenía que morir lo hiciese 'con las botas puestas'.

Pero no. Tímidamente al principio de ambas partes buscaron molestar al Barça en la salida de balón. Pero fue sólo un espejismo. Una presión que aguantó cinco minutos para pasar a estar todo el partido detrás del balón, jugando al balonazo largo y a ver si hay suerte. Ante el cerrojo de los blancos, más preocupados en no perder que de ganar, los azulgrana tampoco hicieron el encuentro de su vida.

Ante un equipo que sólo se sabe defender, el Barça optó por hacerles correr esperando el hueco o el cansancio. Rondos en la media de Valdés para ver si los de blanco se animaban a ir a la pelota y no solo a mirarla. Al final, las ocasiones de los azulgranas se hicieron evidentes, mientras que sólo quedaba tener cuidado a los -perdí la cuenta- corners de los merengues, de los que sólo uno tuvo realmente peligro, pero que fue salvado por un gran Valdés.

Otra gran noticia fue la vuelta de Puyol. Tres meses fuera para volver como un león y, con él, volvió también la mejor versión de Piqué, una auténtica pesadilla que abortó cualquier mínimo intento de los delanteros merengues de acercarse a los dominios de Víctor.



Al final, tanto va el cántaro a la fuente que éste se termina rompiendo. Tras un penalty no pitado de Casillas a Villa, la segunda también sobre el asturiano era tan clara que el árbitro no lo pudo obviar. Con ello, Messi rompía su maleficio ante los equipos entrenados por Mou estrenándose con gol.

A partir de aquí el Barça bajó algo los brazos y se dedicó a tocar. Un penalty tonto de Alves puso el empate en las botas de un Cristiano que tampoco había nunca marcado al Barça. De poco le valió. La única nota discordante en la sinfonía culé es ese balonazo de Messi al público, en una jugada en la que el delantero argentino, al intentar coger una pelota que se veía fuera del campo, terminó estrellándola en el público. Sabiendo como es el chico, imagino que no volverá a repetirlo.

Sea como fuera, el Barça se marchaba del Bernabéu con la sensación de victoria. Ahora queda la Copa.