¡Madre mía, Madre mía! Esto es lo que mejor expresa lo que sentí anoche y sigo sintiendo aún. Así, podría zanjar el post perfectamente y aquí paz y después gloria. Pero bueno, venga, va, intentaré hacer un esfuercito, aunque ya con el de ayer estoy agotada, en serio. Por fin, el Madrí y el madridismo conseguimos anoche la ansiada copita de JuanCa, que llevaba ya mucho tiempo resistiéndose. POR FIN, MENOS MAL, YUHU, OLÉ, BRAVO, BIEN HECHO, DOS OREJAS, RABO Y VUELTA AL RUEDO y no sé cuántos gritos de alegría y regocijo podría entonar. Eso si tuviera fuerzas para hacerlo, insisto, y no es cuestión baladí, pero hasta que no destense creo que no disfrutaré completamente y seré consciente de lo conseguido.
Menos mal que anoche triunfó el amor, como deseaba en la previa, y que el Madrí se reencontró con su enamorada. En realidad fue triunfo también del deseo, de la pasión y del compendio de instintos primitivos que auparon a un equipo a soportar 120 minutos de nervios, cansancio, ocasiones erradas y sufrimiento para doblegar a un Barça que cuando toca cómo toca, como la española que cuando besa es que besa de verdad. Pero bueno, también hubo cabeza y táctica y Mou entonó, al configurar su once inicial, aquello que canta la joven promesa musical Eliza Doolittle de I don’t care what the people may say about me y volvió a colocar a Pepe adelantado con el trivote que le dio buen resultado el sábado pero, esta vez, haciendo algo de caso a las opiniones generalizadas (yo, confieso, abogaba por un calco del partido liguero y mismos hombres iniciales)y sacando a Özil de inicio en detrimento de Benzemá. El cambio resultó igual de efectivo para desactivar el medio campo azulgrana que no se esperaba una estampida blanca como la de los minutos iniciales y la del primer tiempo, pero más alegre y vistoso.
Presión arriba, abajo, al centro y pa’ dentro pero lo del pa’ dentro no había forma. El Madrí contuvo pero al mismo tiempo (a diferencia del sábado que fue más paso a paso, en dos fases) atacó, elaboró, ofendió y defendió. Pepe y Kedhira eran los que más replegaban y bajaban, con un Carvalho portentoso que metía el pie en el momento indicado como en aquella jugada con la que le birló la cartera a Villa, esperando el momento justo de meter la pierna y sacar el balón. Arbeloa se puso el traje de poli duro y repartió madera, en eso se parece a Busquets que también dio su dosis de cera con carita de niño bueno. Y Undiano que no sacaba amarillas ni pa’ atrás, a pesar de plantillazos de unos y otros y, de repente a Pepe en un lance sin más ni más con Pedrito. Digamos que el colegiado navarro no la lió parda pero tuvo mal criterio con las tarjetas, aunque no acaban pegándose todos de milagro. ¡PELEA, PELEA! Pero no…lástima Jaja. Bueno, podemos seguir conservando su nombre para el blog, pero porque hemos ganado eh...jaja.
Ofensivamente el Madrí no tenía precisión cuando había que definir. Cristiano iba preparando el terreno para su aparición estelar final porque no lograba definir a pesar de tener ocasiones después de pases o carreras, como hombre más adelantado y en punta, a falta de un 9. Ahí, viéndolo correr solo y sin éxito al portugués yo le gritaba al televisor: “¡¡un delantero, necesitamos un delantero!!” como si me pudiera escuchar y como quién pide un médico en un restaurante porque a un comensal le ha dado un infarto. Desoí los consejos para los 4 Clásicos que daba Silvia en post anteriores como el de “no hablar solo ni gritar pensando que te oirán al otro lado del televisor”. Mal hecho. Pero una tenía bastante con mantener las constantes vitales medianamente decentes.
Özil también tuvo alguna pero daba rabia ver cómo se desperdiciaban. Y ya para tirarnos de los pelos fue el cabezazo de Pepe al palo (24 del equipo merengue en lo que va de temporada…para que luego digan que no influye la suerte…). Alguien parece que lo sacó de dentro como dijo el propio Mou. Teníamos ocasión de matar el partido y no había manera…curva de sufrimiento al máximo. Yo tenía ganas, también, como el balón, de darme contra un poste si lo hubiera tenido a mano…pensé en el mueble más cercano pero deseché la idea porque quedaba aún. Pero ganas no me faltaron. Aunque todavía nos quedaba padecer mucho.
(TO BE CONTINUED…)
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