Quique Sánchez Flores: Game Over

La temporada está llegando a su fin y comienzan a sentirse los trajines en las oficinas de los clubes. Fichaje va, fichaje viene, renovación va, renovación viene, rumores van, rumores vienen. En el caso del Atlético, poco movimiento para las fechas en las que estamos. Hace mucho que no se habla de la posible salida del Kun (quizá el buen hacer de Manolito Adebayor haya cerrado ciertos rumores irracionales); ya nadie se interesa por Forlán (ay Diego, Diego…) y ningún crack parece sobrevolar el mercado colchonero. Tiempo al tiempo. A lo mejor hasta se queda nuestro ‘10’ y todos contentos.

De momento lo único seguro es que a Quique Sánchez Flores se le termina el contrato el próximo 30 de junio (como a García Pitarch…) y nadie ha manifestado que el técnico vaya a seguir en el banquillo. Más bien al contrario. El míster parece haber dejado claro que no quiere renovar y así se lo ha hecho saber esta semana a los dirigentes del club, algo que, por otra parte, tampoco sorprende mucho a estas alturas. Sin embargo, creo que ni el Atleti debería dejar ir al madrileño ni Quique debería tirar la toalla tan pronto, si es que puede decirse así. Quizá sea bueno un cambio de aires en un momento natural como es el final de una temporada, pero yo soy fan de los continuistas. En cualquier caso, el banquillo rojiblanco hace tiempo que flirtea con varios inquilinos y éstos se dejan querer. Caparrós, Benítez, Manzano, Luis García, Emery y hasta Rijkaard se han oído como sustitutos. Todos andan revoloteando. Simeone espera en la retaguardia.

Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo han perdido la confianza en Sánchez Flores, el mismo hombre que hace un año no sólo consiguió dos títulos, sino que revitalizó a un equipo que se ahogaba en su propia orilla. Ése es el verdadero y más valioso legado de Quique. Desde que aterrizara como entrenador en octubre de 2009, Quique consiguió que el equipo rompiera una sequía de títulos insoportable para una afición desencantada y vergonzosa para un grande como el Atlético. Es cierto que este 2011 poco se parece al 2010 y que la irregularidad vuelve a ser la tónica de un equipo que aspira a meterse en la Europa League como máximo objetivo. Pero no es menos cierto que el Atleti está preparado para volver a creer en sí mismo. Flores lo consiguió: enterró al Pupas. Quique apostó fuerte por la cantera, pescó en el Manzanares y de las aguas surgieron De Gea, Domínguez y Mario Suárez. Tres canteranos novatos que lograron cargar sobre sus hombros al equipo en momentos decisivos y gracias a los cuales el Atlético se sintió fuerte, seguro, convincente. Ganador. Con Quique Sánchez Flores muchos atléticos volvimos a soñar. Por todo ello, gracias.