miércoles, 6 de abril de 2011

¿Qué hace una culé en Madrid?

Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia plagada de merengues victoriosos, existía una culé que luchaba contra las fuerzas de aquellos seres vestidos de blanco, en un vano intento porque no la corrieran a gorrazos y burlas...
Bueno, más o menos éste podría ser el principio de la 'aventura' de una culé en Madrid (y seguramente pase lo mismo de forma viceversa). Una historia en la que se saca pecho cuando tu equipo gana y que busca poner buena cara cuando tu equipo pierde a pesar de que tenía el partido dominado, además de apagar el móvil y no conectarte a las redes sociales para no aguantar las burlas de familiares, amigos y vecinos... Además, cuidado. En el ADN blaugrana no existe la felicidad completa de la que disfrutan otros aficionados.

A pesar de las bravuconadas con las que algún que otro directivo y más de un aficionado intenta ganarse al respetable o darse autoconfianza, respectivamente, en los genes de cualquier culé que se precie siempre está el miedo al mañana. Que ganamos la Liga, estupendo, pero cuidado que ya hay que pensar en la siguiente; que ganamos la Champions: genial, pero ¡vaya cómo nos ha costado! Otra así y no llegamos; que la Copa del Rey ya adorna nuestras vitrinas, magnífico, pero...

Así que haber vivido estos últimos tres años largos, ganando ocho títulos de 10 posibles ha sido como un sueño para todos nosotros, espectadores ingratos que seguimos restregándonos los ojos ante lo que vemos, incrédulos, porque esta es la historia del que llega, liga y al final no toca ¿Cuántos partidos hemos perdido en el último momento? ¿Cuántas copas se han escapado habiendo controlado el partido? La cuenta es innumerable, y el corazón culé se resiente.

Por eso, ahora el blaugrana sigue siendo un aficionado desconfiado. Tengo carpetas repletas de recortes de un tiempo que deseo que no termine, pero ya se sabe, el ADN blaugrana, el pesimismo congénito, el 'qué bien juegan y qué pocos goles marcan'.

Para un culé madrileño las cosas no son fáciles. Ya no sólo por vivir en la cuna de nuestro eterno rival, ese mismo que te restriega los numerosos éxitos de su equipo de una forma entre fanfarrona y admirada, algo que siempre faltará al fatalista blaugrana. Pero, además, somos pocos, nos quedamos solos en los debates de fútbol y siempre está el desánimo inherente a que jugando mejor, vengan éstos y vuelvan a ganar.

Una seguidora blaugrana como la que escribe estas líneas, ha aguantado clásicos en bares rodeada del 'enemigo' y sus gritos de júbilo se han auto ahogado ante los lamentos e insultos de esos bares. Pero este lobby futbolístico también cuenta con su guetto particular: las peñas. En mi caso, la Peña Barcelonista Valle del Kas. Un bar con el escudo del Barça en cada pared, un lugar donde una servidora pasa sus noches de partido entre un grupo pequeño -pero matón- con los que ha ido al Camp Nou para disfrutar sin problemas de sus colores.

Y esta noche no es la excepción. Podrá pasar cualquier cosa en el partido, iremos como siempre a verlos (con un sentimiento a lo Guardiola: "La sensación es que estamos más fuera que dentro", glups), pero eso sí, esta noche será otra noche del 'Orgullo azulgrana'. ¡VISCA EL BARÇA!

3 comentarios:

Isabel Aguilar dijo...

hablando de peñas y ya sé que no viene al caso, un día teníamos que ir a la Casa Vasca que me han dicho q ahí sí que se vive el fúrgol... jaja muy buen post, compañera culé!! ;)

Silvia R. Taberné dijo...

si quieres buen fútbol ven a mi peñita, que eso es pasión!!!!

Ana M. Magaña dijo...

Silvi, parece mentira, pero lo que cuentas al ppio. del post es lo que últimamente me pasa a mí jaja. Tiene tela pero en ciertos momentos de estas últimas temporadas me han llovido más gorrazos y burlas que cochinillos caín en el Camp Nou, pero no he sido tan sabia como tú de apagar el móvil ni pasar de las redes sociales para evitar mayores sufrimientos. O sólo lo he hecho parcial y someramente. Te felicito, pues.
Y blaugranas y blancos nos parecemos en ciertas cosas más de lo que quisieramos: eso de no alcanzar la felicidad completa, aunque en nuestro caso no siento el 'miedo al mañana' que mencionas (bueno, en este mes siento el miedo al mañana, a la semana que viene y a la otra, etc. hasta que acabe el mes ajja), sino que es más el tener que ser el mejor, seguir consiguiendo cosas...Demasiada autoexigencia y muy poco descanso. Craso error pero ya no lo podemos parar.
Y también nos parecemos tú y yo en que hemos aguantado clásicos rodeadas de enemigos y eso en tu caso parece más lógico pero en el mío...tela...Aún así te felicito, te felicito por haber llevado con tanta dignidad tu papel en La Resistencia y te felicito también por este gran post que has escrito. Ha sido un gusto leerlo :)